una de Steinbeck

Me sorprende como sigo echando de menos.
No tengo bien definidos los pensamientos, sólo acierto a percibir algunas ideas que cruzan de un lado a otro entre el espacio de mis ojos. Y todo me parece tan manoseado... Escribo y leo y vuelvo a escribir y a leer...y nada me parece suficiente; y si fuera otra quizá atacaría mis letras de una manera menos cruel.
Ansío el conocimiento de las cosas mundanas pero, por contra, siento sobre mis espaldas la gran pereza que el alcance de esa meta supone. Todo es pereza a veces. Pero no desfallezco; en el fondo admiro esta lucha de vida, y tengo la esperanza de que me acompañe siempre, no quiero dejar de pensar, no quiero dejar de sorprenderme nunca...espero cerrar los ojos y dejarme llevar por esa sensación de plenitud esencial que nos dan los acontecimientos más nimios, para dejar entrar después la vergüenza como testigo de ese torbellino...

¡Que mis pies, donde quiera que estén, vuelvan siempre a sumergirse al este del Edén!

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